exterior
La villa dispone de un gran porche con vistas al mar, procurando maravillosos lugares sombríos iluminados indirectamente por el blanco de la fachada, dada la intensidad propia del clima mediterráneo. El bello jardín que rodea la propiedad se extiende hasta formar parte del agua, y la luz que penetra por todos los rincones de la residencia impone espacios diáfanos que se prolongan sin interrupciones en la imponente naturaleza. En cuanto a la parte superior, se suceden terrazas y salidas que, sin entorpecer el conjunto arquitectónico, permiten admirar el paisaje, ofreciendo unas vistas fabulosas.